Al norte del norte.
Me acaba de enseñar mi hermana Laura unas fotos de su viaje a Escocia, al más al norte de Escocia que podía yo imaginar. De hecho, estamos hablando de las Islas Orkney que quedan más al norte que toda Dinamarca, muy cerquita (o al menos eso parece) de las más famosas Feroe.
Siempre he sentido especial predilección por esos sitios donde se acaba el camino, que están -figuradamente hablando- al "norte del norte", aunque no han de estar precisamente en ese punto cardinal. Curiosamente, aunque el mar suele romper las olas con fiereza sobre las rocas de esos puntos, a mi me producen mucha calma, paz y relajación, más arriba está lo incógnito, lo desconocido, el "no más allá" que los antiguos colocaban en Fisterra, aunque para ello, me vuelvo a repetir, no tengamos que ir siempre hacia el Norte.
¿Qué lugares pueden ser esos en los que acaba tranquilo -por unas horas- nuestro tránsito?, pues de botón de muestra vamos a proponer algunos, Ceuta (principio y final de nuestro tránsito -espero- ya que más al norte no queda África), Fisterra (el "Non Plus Ultra" romano y curiosamente el más tranquilo), la Playa de Yaiza en Lanzarote (quiera la fortuna que vuelva a ser tan feliz como ese día), el Cabo da Roca cerquita de Lisboa y ahora, gracias a Dios y a que me confundí de carretera, la Playa de los Roques en Benijo, acá en Tenerife. Como muestra, ahí va la foto.
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