Retirarse de un sitio a tiempo es una de las mayores virtudes de una persona, y quizá sea algo de lo más dificultoso, más si cabe en la vida pública (la
res publica del Latín) donde demasiadas veces el cargo termina cegando hasta al más inteligente de los mortales. Este problema de vanidad, que afecta pienso yo a la mayoría de los mortales (y a algunos que llegan a creerse inmortales también), se acrecenta sobremanera en España donde "no/nunca dimite nadie" y, por qué no, donde todo el que tiene una gorra es muy propenso a terminar creyéndose Franco.
Llevo a cabo esta reflexión por el tema de la propuesta que la cúpula del PSOE ha realizado a
José Bono para encabezar la candidatura a la Alcaldía de Madrid en las elecciones del año que viene. En realidad más que la propuesta -que particularmente considero inapropiada y susceptible de ser considerada maquiavélica- lo que me llama la atención es que -aún a pesar de sus ganas y de la enorme presión a la que se ha visto sometido-
José Bono ha denegado el ofrecimiento.
Evidentemente usted puede estar pensando que una cosa es rechazar una posibilidad y otra cosa un nombramiento cierto, eso es verdad, pero ya que estamos de dichos, recuerden el (creo) taurino: "que hablen de uno aunque sea mal", bajo esta máxima estoy seguro que debe haber más de uno o dos militantes socialistas que llorarían a lágrima bustamante por recibir esta proposición aunque las posibilidades de éxito sean ciertamente mínimas. Recuerden que en política el olvido es mortal a menos que seas eurodiputado (las penas con pan ...).
Antecedidos en el tema y declarado que me parece coherente (aunque ha tenido algún desliz el señor Bono, todo hay que reconocerlo), quiero romper una lanza por este señor (a quien realmente no le hace falta, pero vamos a ello).
José Bono dejó de ser Ministro siendo el político más valorado de su gabinete por una remodelación claramente marcada por el proceso de negociación con ETA y con la necesidad de buscar un hueco para
José Antonio Alonso -Juez de carrera y amigo del Presidente desde la adolescencia- quien difícilmente podía dirigir este proceso (para ello es mejor la ductilidad de un profesor universitario, profesión en la que no falta esa cualidad que con el paso del tiempo ya no tengo clara si es mala o buena). En ese momento,
José Bono se deshizo en alagos hacia el Presidente que le cesaba en el cargo y se aprestó a iniciar una vida algo diferente de la que venía realizando en los últimos 20 años, período en el que se dedicó, entre otras cosas, a construir (y con mucho éxito por cierto) una región inexistente:
Castilla-La Mancha.
Cualquier otro con menos clase y categoría que
José Bono hubiera "desembarcado" en su Toledo original y hubiera comenzado a moverle la silla al actual inquilino de la misma (creo que no lo ha hecho y además me parece que sigue viviendo en Madrid). Cualquier otro se estaría postulando como Senador por designación autonómica, dorado retiro aunque perfectamente digno en mi opinión. Incluso imagino que algún que otro Consejo de Administración le puede haber tentado, pero no. Como mucho ha aceptado el cargo de miembro del
Consejo de Estado (ya sin el incompatible Aznar afortunadamente) y estando ahí le viene la propuesta.
Hace dos noches
Iñaki Gabilondo en
Cuatro decía que Bono tenía que aceptar porque si así no fuera en qué lugar iba a dejar al siguiente postulante. Pues miren ustedes, en mi modesta opinión lo ha dejado en el lugar donde se merecen, muy abajo por cierto, porque ya me contarán que una vez descartada
Trinidad Jiménez, a quién conocen ustedes del socialismo municipal madrileño, pues al mismo que yo y de esa persona sólo saben que tiene rizos, que es el portavoz en el municipio y que se ha casado recientemente.
¿Han hecho algo más?, supongo que los madrileños sabrán más al respecto, pero lo que está claro es que para los demás, del municipio de Madrid lo único que sabemos es todo lo vinculado con su Alcalde, favorito máximo a la reelección si así lo deciden los madrileños y las madrileñas, aún a pesar del follón de la M-30.
Y en todo esta situación va el sector 'progre' del PSOE (precisamente el que no aguanta a Bono con sus golpes de pecho y su popularismo campechano) y le quiere proponer como Alcalde. Señores, si lo que quieren es que se jubile de la política, se lo podrían haber dicho de otra manera, con nombrarlo Embajador (como hicieron con Paco Vázquez) ya lo tendrían resuelto. Han querido abusar de un señor que, como él mismo dice,
no se ve de candidato a Alcalde de un pueblo que no es el suyo (bueno, de una villa). Eso es coherencia, que no es incompatible con el talante.
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